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En Busca del Tiempo Perdido


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Los siete tomos, los terminé de leer en un año. Fue el profesor Miguel Gutierrez del taller literario “La Narrativa del siglo XX”, en la casa Mariátegui quien me recomendó leer esta monumental novela.

La casa Mariátegui por cierto muy interesante para visitarla y transportarse en la época del escritor de “los 7 ensayos de la realidad nacional”. Se exhibe su máquina de escribir, su dormitorio, su cama, su lavatorio del siglo pasado, entre otros enseres que nos llevan a comprender un poco la vida de aquel entonces y cuáles eran las condiciones de trabajo de este escritor. En el curso de los talleres dictados asistí a las visitas de noche que organizaba la Casa Mariátegui al Cementerio El Presbítero Maestro. Recordando aquella extraordinaria anécdota de Mariátegui, el Conde de Lemos, entre otros escritores cuando en secreto convocaron a la bailarina suiza Norka Rouskaya que llegó a Lima y le pidieron antes de su presentación oficial que interpretara una de sus famosas danzas “la Danza Macabra”, en pleno cementerio. Lo que posteriormente fue la noticia escándalo en Lima, y traspasó las fronteras del Perú.

Genial este Conde de Lemos, me hubiera encantado estar ahí y terminar también en la comisaría. Cómo se deben haber divertido jajajaj

Generalmente me gusta seleccionar la lectura en la que me voy a sumergir ó embarcar. Es muy raro que siga recomendaciones de lecturas, pero este profesor de traje generalmente oscuro, de caminar pausado y de hablar menos, me convenció. Además que era impresionante escucharlo en sus clases pues sus citas, referencias, paralelos de lecturas, por editores, por autores, por fechas, eran increíblemente, enciclopédicamente hechizantes si vale el término jajaja. Nos dijo el profesor en el taller, que cuando termináramos de leer los 7 tomos lo llamemos para conversar sobre esta gran obra. Ya han pasado cerca de 18 años desde que terminé de leer estos 7 tomos, y no he llamado al profesor. Tal vez lo haga algún día. Me gustaría mucho, la verdad que me he sentido algo corto. Es más, contó el profesor que ya había leído los 7 tomos por segunda vez. Creo que si no lo llamé fue porque me amilané un poco con su vasta cultura.

Lo que también me parece interesante y anecdótico rescatar de lo que nos dijo el profesor es que si lográbamos terminar de leer las primeras 80 páginas del primer tomo, era muy probable que quisiéramos terminar de leer la obra completa.

En mi caso personal, cuando empiezo a leer una obra la termino así no me guste, para tener una visión completa y más objetiva de la obra.

Decía el profesor que las primeras 80 páginas trataban del beso de las buenas noches que ansiaba el chico recibir de su madre y todo lo que sucedía en ese interin…, “que llegaba el padre autoritario, y conversaba con la madre y el chico se moría de miedo del padre y esperaba que se acueste el padre para estar a solas y recibir el beso de su madre, y mientras el tiempo pasaba, el chico recorría con la mirada los objetos de su dormitorio, los muebles, la madera finamente labrada, los variados diseños, sus inscripciones, el año de fabricación, la procedencia, entre otros detalles, mientras continuaba la angustia, la ansiedad por el deseo de las buenas noches de la madre” y que el autor ilustraba con maestría.

Todo esto en las primeras 80 páginas. Jajajaj

Proust es un escritor antes de la aparición del cine, desde allí tenemos una brecha importante con respecto al escritor audiovisual de nuestros días y ciertamente quien aprecia lo práctico, lo tangible, y usa frases como “me gusta ir al grano” la obra podría resultarle terriblemente densa, lenta y pesada. Sin embargo la paciencia tiene sus ventajas pues la lírica, la poética, la finísima y exquisita combinación de las palabras del autor es lo que han hecho tal como comentó el profesor, una de las obras más destacadas del siglo XX, si no la mejor obra del siglo. Tal como está catalogada por la crítica especializada.

Y tal como señala el título de la obra: “En Busca del Tiempo Perdido”, describe cómo el autor redime su vida. Y no precisamente a través de una religión ó algún tipo de iluminación, si no que lo hace a través del arte en esta obra literaria de riguroso tratamiento estético.

La forma cómo adquirí cada tomo también tiene su propia narrativa, algunos de los tomos los conseguí en la emblemática Quilca, en donde los personajes jamás soñados pueden hacerse realidad y otros los compré en el onírico Palacio de los libros perdidos de las Malvinas. Algunos de los tomos que conseguí, eran tan viejos que seguramente se han posado en alguna biblioteca de algún limeño clase mediero,y que a falta de recursos vendió la obra. Ó algún provinciano muy anciano, tal vez ya fallecido. Esto es algo que me gustaría pensar para darle un toque romántico a mi búsqueda de estos 7 tomos. Tomos que compré esporádicamente por comprensibles razones económicas. Pero cada vez que conseguía uno, era como regresar a mi cueva con mi botín ó baúl de los tesoros. Y que luego en ritual pagano iniciaba la función sacra de la lectura.

Eso sí, compraba el tomo siguiente antes de terminar la lectura del anterior.

Quiero destacar también un hecho particular del profesor Gutierrez, y es cuando nombraba el título de cada tomo, lo hacía seguramente y sin darse cuenta, con tal pasión que era como escuchar al viejo indio Sheyenne alrededor de la fogata, aquellas historias que nos dejan embelesados, estupefactos y en estado de coma por semanas ó hasta meses, hasta que por fin alguna tormenta de la muerte, ó presagio, nos ubica nuevamente en la cruda realidad.

Quiero citar cada tomo porque cada título pareciera haber salido de algún poemario hecho para retiros espirituales benedictinos en donde sales si ó sí transfigurado. Por el Camino de Swann, A la Sombra de las Muchachas en Flor, El Mundo de Germantes, Sodoma y Gomorra, La Prisionera, La Fugitiva y finalmente El Tiempo Recobrado.

Si el catolicismo se valida por la Resurrección de Cristo, salvando las distancias, Con El tiempo Recobrado, Proust redime su alma.

Cuando el profesor pronunciaba “El Mundo de Germantes”, del tomo 3, algo especial sucedía especialmente con la “G” de Germantes. No sé, pero de hecho era su propia pasión la que no podía ocultar y transmitía de forma natural.

Pronunciaba de tal manera la “G”, de Germantes, que aunque suene absurdo lo hacía con tal sentido épico poético, que aún hasta el día de hoy, resuena en mis oídos como un vago murmullo…, ese estupefaciente título…, “EL MUNDO DE GERMANTES…” El cual me movía emociones paralelas a descubrir viajes a grandes palacios, bibliotecas de almas en pena, grandes y góticas catedrales, mundos tal vez insospechados como en las Mil y una Noches ó la Divina Comedia, de Dante

Llevar este curso con el profesor Gutierrez fue para mí, y lo digo con profundo respeto, como haber sido huésped del mismísimo Conde Drácula en Transilvania, y escuchar sus relatos al lado de enormes candelabros que iluminaban la macabra noche…, tal como en la “Danza Macabra” de Norka Rouskaya.

Y desde luego leer estos 7 tomos de Marcel Proust “En Busca del Tiempo Perdido”, ha sido uno de los viajes literarios más asombrosos, interminables, y legendarios que jamás haya podido realizar…

Los 7 tomos de Proust, los 7 ensayos de Mariátegui, los 7 Samurais de Akira Kurosawa, las 7 veces 7 del perdón y la perfección Bíblica. Acaso algo sucederá con el número 7?

No lo sé, pero lo que sí sé, es que la lectura no sólo es para gritarla en el desiero como el Bautista. Si no que te puedo asegurar que luego de terminar de leer esta vasta y fabulosa obra, jamás volverás a ser la misma persona.

Esto dálo por hecho… ¡


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